Para aquellos no enterados, en la cadena de supermercados Mercadona, podemos encontrar unos prácticos botes de claras de huevo pasteurizadas.
¿Por qué adquirir estas claras y no usar los huevos completos separando yemas de claras? por varios motivos; el primero y más importante es la tranquilidad que produce utilizar un producto esterilizado, al menos de modo parcial.
Con la pasteurización los productos alimentarios no eliminan completamente los agentes patógenos que causan la corrupción o degradación de los alimentos, sino que disminuye su presencia de modo que su consumo no pueda causar intoxicaciones, siempre, como es evidente, en caso de que se haya respetado la cadena de frío y la fecha de caducidad.
Y en segundo lugar, evitamos tener que guardar, consumir o congelar una gran cantidad de yemas que sobrarían invariablemente.
Cuando no estamos seguros de si un huevo es fresco o no, podemos utilizar la prueba de inmersión, en agua con sal un huevo fresco se hunde, menos fresco se queda a la mitad, y con el pollo a punto de nacer se queda en la superficie.
O también puede moverse al lado de la oreja y si escuchamos algún sonido al sacudirlo, mejor tirarlo.
Para hacer estas magdalenas he utilizado claras de huevo pasteurizadas, los básicos; harina, mantequilla, azúcar, levadura y frutos rojos frescos.
Son exquisitas, aguantan varios días en perfecto estado sin endurecer un ápice, y se conservan extraordinariamente jugosas gracias a la mantequilla y la fruta.
Para su elaboración necesitamos,
- 6 claras pasteurizadas.
- 120 gr de harina tamizada con dos cucharaditas de levadura.
- Una pizca de sal.
- 220 gr de azúcar glass.
- 160 gr de mantequilla en pomada.
- Frambuesas y arándanos frescos.
Batir muy bien la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla esté blanca y cremosa.
Añadir las claras juntas, pero no montar, simplemente batir hasta que se hayan integrado bien con la mezcla anterior.
Por último incorporar la pizca de sal, harina y levadura y batir consiguiendo una mezcla muy blanca y sin grumos.
Verter en las cápsulas para magdalenas y, colocar sobre cada una de ellas, un par de frambuesas y un par de arándanos.
Con el calor y el peso, la fruta desaparecerá de la superficie y se hundirá, dejándonos una magdalena con sorpresa en la parte final, como los helados de los niños.
Hornear en horno precalentado a 18'º unos 25-30 mn, hasta que esté firme en la parte central.
Enfriar sobre una rejilla y guardar en bote hermético.
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